Desarrollo de las gónadas
En cada lado del embrión, se forma una gónada primitiva a partir del tubérculo genital, condensación de tejido ubicado cerca de la glándu- la suprarrenal. En la gónada, aparece una corteza y una médula. Has- ta la sexta semana de desarrollo, estas estructuras son idénticas en ambos géneros. En el embrión de género masculino, desde el punto de vista genético, en la médula se forma un testículo durante la sépti- ma y la octava semanas y la corteza muestra regresión. Aparecen las células de Leydig y Sertoli y se secretan testosterona y sustancia inhi- bidora de los conductos de Müller. En el embrión de género genético femenino, la corteza se convierte en el ovario y la médula sufre regre- sión. El ovario embrionario no libera hormonas. El tratamiento hor- monal de la madre no repercute en la diferenciación gonadal (a diferencia de la de conductos y genital) en el ser humano, en compa- ración con lo que ocurre en algunos animales de experimentación.
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X Y
D E D E
FIGURA 222 Cariotipo de un varón sano. Los cromosomas fueron objeto de tinción de Giemsa, la cual genera un patrón de bandas, característico. (Con autorización de Lingappa, VJ, Farey K: Physiological Medicine, McGraw-Hill, 2000.)
FIGURA 223 Izquierda: cuerpo de Barr (fl echas) en la capa de células espinosas epidérmicas. Derecha: apéndice nuclear (“palillo de tambor”) seủalado con la fl echa en los leucocitos. (Con autorizaciún de Grumbach MM, Barr ML: Cytologic tests of chromosomal sex in relation to sex anomalies in man. Recent Prog Horm Res 1958;14:255.)
394 SECCIÓN III Fisiología endocrina y de la reproducción
Embriología de los genitales
La embriología de las gónadas se resume en las fi guras 22-4 y 22-5.
Hacia la séptima semana de gestación, el embrión posee conductos genitales primordiales tanto masculinos como femeninos (fi g.
22-4). En el feto sano de género femenino, los conductos de Müller se transforman en salpinges (oviductos) y útero. En el feto sano de género masculino los conductos de Wolff , uno a cada lado, se trans- forman en epidídimo y vasos deferentes. Los genitales externos son bipotenciales hasta la octava semana (fi g. 22-5). Luego, la hendidu- ra urogenital desaparece y se forman los genitales masculinos o en
su defecto, permanece abierta y se constituyen los genitales femeni- nos.
Cuando el embrión posee testículos funcionales, se forman los genitales internos y externos masculinos. Las células de Leydig del testículo fetal secretan testosterona y las células de Sertoli liberan sustancia inhibidora de los conductos de Müller (MIS). Esta sustan- cia es un homodímero de 536 aminoácidos que forma parte de la superfamilia de factores β transformadores del crecimiento (TGF-β), la cual comprende las inhibinas y las activinas.
Tanto la sustancia inhibidora de los conductos de Müller como la testosterona actúan de manera unilateral sobre los genitales inter- Gubernáculo
Testículo Hidátide
Vagina rudimentaria
Uretra Próstata
Vesícula seminal Conducto deferente
Epidídimo
MASCULINO
Fimbria
Gónada
Ligamento gonadal
Ligamento de Müller
Conducto uterovaginal
Vejiga Mesonefros
Conducto de Wolff
Seno urogenital
INDIFERENTE
Epoóforo Ovario
Trompa uterina Ligamento ovárico
Útero
Conducto de Gartner
FEMENINO
FIGURA 224 Diferenciación embrionaria de los genitales internos masculinos y femeninos (conductos genitales) a partir de los conductos de Wolff (masculino) y Müller (femenino). (Con autorización de Corning HK, Wilkins L. Williams Textbook of Endocrinology, 7th ed. Wilson JD, Foster DW [editors]. Saunders, 1985.)
CAPÍTULO 22 Desarrollo y función del aparato reproductor femenino 395
nos, frente a los externos. Dicha sustancia inhibidora propicia regre- sión de los conductos de Müller por apoptosis en el lado donde se secreta y la testosterona fomenta el desarrollo de los vasos deferentes y estructuras afi nes a partir de los conductos de Wolff . El metabolito de la testosterona, la dihidrotestosterona, induce la formación de los genitales externos masculinos y las características sexuales secunda- rias masculinas (fi g. 22-6).
Las células de Sertoli continúan secretando sustancia inhibido- ra de los conductos de Mỹller, la cual en niủos de uno a dos aủos de edad, llega a una concentración plasmática promedio de 48 ng/ml.
Luego, desciende hasta una cifra reducida en la pubertad y así persis- te el resto de la vida. En las niủas, las cộlulas de la granulosa de los folớculos ovỏricos pequeủos generan sustancia inhibidora de los conductos de Müller, pero la concentración plasmática es muy redu- cida o indetectable hasta la pubertad. Más adelante, la concentración plasmática de dicha sustancia es similar a la del varón adulto, que es de casi 2 ng/ml. Aún no se conocen las funciones de la sustancia
inhibidora de los conductos de Müller después de la vida embriona- ria, pero probablemente participa en la maduración de las células germinativas en ambos géneros y en la regulación del descenso testi- cular en niủos.
Desarrollo del cerebro
Por lo menos en algunas especies, la embriología del cerebro y los genitales externos depende en parte de los andrógenos al principio de la vida. En ratas, el contacto breve con los andrógenos durante los primeros días de vida, da pie a una conducta sexual de patrón mas- culino y una regulación hipotalámica de la secreción de gonadotro- pinas después de la pubertad también de corte masculino. En ausencia de andrógenos, el patrón es femenino (cap. 17). En monos, se observan efectos similares en la conducta sexual por el contacto con andrógenos dentro del útero, pero el modelo de secreción de gonadotropinas sigue siendo cíclico. Asimismo, el contacto del feto FASE INDIFERENTE
MASCULINO FEMENINO
Glande del pene Clítoris
Meato uretral Meato uretral
Labios menores
Orificio vaginal Labios
mayores Escroto
Rafe
Ano
Falo
Edema genital Hendidura uretral
Cola
Glande Tubérculo genital
Hendidura urogenital Pliegue uretral
Edema labioescrotal
Ano
SÉPTIMA A OCTAVA SEMANAS
DECIMOSEGUNDA SEMANA
FIGURA 225 Diferenciación de los genitales externos masculinos y femeninos a partir de las estructuras primordiales indiferenciadas en el embrión.
396 SECCIÓN III Fisiología endocrina y de la reproducción
humano de género femenino con andrógenos causa efectos masculi- nizantes importantes sobre la conducta. Sin embargo, las mujeres con síndrome adrenogenital por defi ciencia congénita de las enzi- mas adrenocorticales (cap. 20) tienen ciclos menstruales normales cuando reciben cortisol. Como consecuencia, el ser humano, al igual que el mono, conserva su patrón cíclico de secreción gonadotrópica, no obstante el contacto intrauterino con andrógenos.